Concepto del Alma

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Darwin siempre estuvo rodeado de controversia, críticas y ataques, pero resulta difícil presentar evidencias claras sobre una u otra posición. Al ser agnóstico, no es posible encontrar un concepto de Alma dentro de su teoría.

En el estudio de su autobiografía, Darwin siempre afirmó que el contenido científico de su trabajo, al que no consideró como una obra ni siquiera de filosofía natural, y en la que mucho menos pensó en las implicaciones teológicas de la misma. " la religión en relación con la ciencia, ni sobre moral en relación con la sociedad”. A pesar de la resistencia de Darwin en no hacer confesiones de su religiosidad o de sus sentimientos religiosos, es verdad que en la Autobiografía y epistolario aparece frecuentemente la confesión de su intimidad religiosa, problema del que nunca se separó. Darwin se nos describe a sí mismo como un "agnóstico", nunca como un ateo. "No puedo pretender aclarar en lo más mínimo estos abstrusos problemas. El misterio del principio de todas las cosas es insoluble para nosotros, y yo, al menos, debo contentarme con seguir siendo un agnóstico". Solamente tres años antes de su muerte, en una carta escrita en 1879 a Mr. J. Fordyle y publicada por éste en 1883 en sus Aspects of scepticism, nos vuelve a repetir Darwin su actitud espiritual: "en mis fluctuaciones más extremas, jamás he sido ateo en el sentido de negar la existencia de un Dios”.

En reiteradas oportunidades, Darwin fue cuestionado sobre su posición imprecisa en cuanto a la creencia de Dios y por ende de lo sobrenatural, por lo que a michs les resultó fácil promulgar conjeturas con base a la interpretación de su teoría, a lo que el autor siempre respondía con el mismo argumento “Creo que en términos generales (y cada vez más, a medida que me voy haciendo más viejo), aunque no siempre, agnóstico sería la descripción más correcta de mi actitud espiritual". Y frente a la pretensión del Dr. Aveling que en su libro The religious Views of Charles Darwin trataba de demostrar el ateísmo de Darwin, puesto que, para Aveling, agnóstico y ateo eran términos equivalentes, Francis Darwin expresamente reivindica para su padre el calificativo de agnóstico, para quitar toda connotación de agresividad que, en opinión del hijo de Darwin, tenía la palabra ateo. Dado el carácter de Darwin, tal como se manifiesta en su Autobiografía, cualquier connotación de agresividad o militancia no encaja con su temperamento solitario, taciturno y retraído en su refugio.