Pensamiento





http://es.slideshare.net/estelaquintanarherce/lamarck-30934856
El naturalista francés Lamarck (1744-1829) fue el primero en defender la idea de la transformación de los seres vivos, desde las especies más simples hasta las más evolucionadas y recientes. Los principios fundamentales en los que se apoyó su concepción evolucionista son básicamente los siguientes:

  1. Respecto del nivel explicativo ontogenético (o relativo a los cambios en el desarrollo del individuo), Lamarck señala que el ambiente ejerce una presión sobre los individuos en relación a sus posibilidades adaptativas; la vida se desenvuelve en un medio ambiente determinado en el que de forma inevitable se producen cambios; los cambios originan nuevas necesidades en el ser vivo en cuanto a sus posibilidades de adaptación a las nuevas condiciones del medio.
Las nuevas necesidades provocaran el uso o desuso de ciertas partes del organismo, o incluso la aparición de nuevos órganos; este uso o desuso favorece la hipertrofia o atrofia de los órganos y partes del ser vivo; aquí es donde encontramos la famosa tesis "la función crea al órgano".

2. Respecto del nivel explicativo filogenético (o relativo a las modificaciones de las especies), Lamarck defenderá una tesis hoy ampliamente cuestionada por la genética: la herencia de los caracteres adquiridos en el desarrollo individual, que, en opinión del naturalista francés, se pueden transmitir de una generación a otra. La genética actual duda de la herencia de los caracteres adquiridos a partir de dos tesis principales:

·    Los cambios que el sujeto sufre en su trato con el ambiente o circunstancia en la que se desenvuelve su vida modifican los rasgos de su cuerpo (el fenotipo); para que esos rasgos se transmitan a los hijos sería necesario que se trasladaran al genotipo o carga genética de los padres (responsable de la herencia); no se entiende cómo pueden darse cambios en esa dirección en el mismo individuo (del fenotipo al genotipo) por otra parte, la modificación de los genes, según el punto de vista de Lamarck, tendría que ser una consecuencia del beneficio que dicha modificación otorga al individuo y la especie de cara a su adaptación al medio, pero la genética actual defiende una ley contraria a este punto de vista: la probabilidad de la modificación de un gen es independiente del posible beneficio que dicha modificación pueda suponer para la supervivencia del individuo, y es más bien y desde este punto de vista, una consecuencia del azar.


3. Finalmente, destaca también en el evolucionismo de Lamarck la referencia al principio de perfección para dar cuenta de la complejidad creciente de las especies que se observa al contemplar la historia de los seres vivos: en la Naturaleza encontramos una tendencia a la aparición de organismos cada vez más complejos y perfectos, siendo este principio la causa última de la evolución. El principio de perfección de Lamarck supone una concepción finalista de la Naturaleza, la idea de que existe algo así como un objetivo o intención en la sucesión de los cambios naturales, plan que busca en último término la creación de seres evolutivamente cada vez más perfectos, con órganos y facultades cada más más complejos; sin embargo, la ciencia actual es contraria a las explicaciones finalistas y prefiere las mecanicistas para dar cuenta de los cambios en la Naturaleza.




http://www.elmundo.es/especiales/2008/05/ciencia/sonido_naturaleza/sonidos_13_02_2009.html
Por su parte El naturalista inglés Charles Darwin (1809-1882) parte de los siguientes hechos:

Los individuos de una especie tienden a la multiplicación sin límite; sin embargo, los recursos de los que puede disponer el organismo son limitados; Parece que Darwin pudo apreciar la importancia de este conflicto por la lectura de la obra de Thomas Malthus (1766-1834) "Ensayo sobre la población", en el que el economista inglés defendía que los alimentos crecen en progresión aritmética mientras que los individuos lo hacen en progresión geométrica.


Hay variaciones morfológicas innatas: Darwin fue muy sensible a la existencia de diferencias individuales dentro de una misma especie (diferencias interespecíficas); su viaje alrededor del mundo en el barco Beagle le permitió tomar nota de la enorme variedad de especies y de las no menos diferencias en las características físicas de los individuos de una misma especie (son famosas sus anotaciones de las variaciones en los rasgos de los pinzones de las islas Galápagos).

Por otra parte, Darwin presenta los siguientes postulados tomándolos como mecanismos fundamentales de la evolución. Estos son:

    Selección natural: en la lucha por la subsistencia sólo sobreviven aquellos individuos que tienen mejores condiciones para la vida; la naturaleza no tiene el equivalente humano a la compasión: la lucha por la vida trae consigo la supervivencia de los más aptos (por su fuerza, habilidad, recursos físicos...) y la muerte de los menos aptos, y con ello la primacía de ciertos rasgos anatómicos en la especie y la disminución o desaparición de otros. Si encontramos ahora una especie con características anatómicas y funcionales que parecen encajar perfectamente con las posibilidades y limitaciones que impone  el medio, no es porque haya algo así como una mano o voluntad oculta que otorgue a cada especie los rasgos que más les benefician para su adaptación al medio: en la selección natural no hay intención, se trata simplemente de que promueven su descendencia sólo los seres vivos mejor adaptados al medio; la selección natural no actúa de forma consciente, no hay plan alguno ni en su funcionamiento ni en los resultados que ejerce sobre los seres vivos.

Selección sexual: para dar cuenta de la evolución. A aquella competencia por los recursos, Darwin añadió la competencia por la reproducción: hay diferencias en los rasgos de los individuos de un mismo sexo ligadas a la reproducción y que determinan la elección del miembro del otro sexo con fines procreativos. En la mayoría de las especies los machos compiten entre sí por el favor de las hembras de cara a la reproducción, y los rasgos físicos que determinan su éxito no son necesariamente los mismos que les facilitan también la supervivencia en la lucha por los recursos que ofrece el medio. 

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